jueves, 27 de diciembre de 2018

Riesgos Naturales

Distintas formas de adaptación de la sociedad al medio

Según Bruno Cruz, en su artículo titulado “las relaciones entre sociedad, espacio y medio ambiente en las distintas conceptualizaciones de la ciudad”, plantea que:
La sociología urbana francesa de los años sesenta, influida por el marxismo, marca un punto de inflexión en el análisis de las relaciones entre el espacio y la sociedad (Lezama 1993). De algún modo se vuelve a otorgar protagonismo a la acción humana, considerada a partir de los análisis de los modos de producción, sobre todo en M (Castells 1980). Para el autor de La cuestión urbana, las teorías de autores como L. Wirth no son inocentes y representan una "ideología urbana" que oculta las contradicciones reales del proceso productivo generador de la ciudad. Con la definición de ciudad como cultura urbana se pretende dar a entender que el sistema específico de relaciones sociales está asociado principalmente a un marco ecológico: "Se ha tomado por fuente de producción social lo que era su marco" (Castells 1980). En realidad, observa el autor catalán radicado entonces en París, lo que hay es un vínculo causal entre el modo de producción capitalista empleando "capitalismo" en el sentido amplio de El Capital de Marx, como modo de producción industrial y "el efecto producido sobre tal y tal modo de comportamiento". La segmentación social de roles, por ejemplo, viene determinada no por la ciudad sino "por el estatuto de trabajador libre cuya necesidad para asegurar una rentabilidad máxima de la utilización de la fuerza de trabajo ha sido demostrada por Marx" (Castells 1980)
Situándonos en un contexto y perspectiva continental, el cuándo y cómo llegó el hombre al continente americano son sólo dos piezas del complejo rompecabezas antropológico. La tercera es saber quiénes fueron los primeros americanos. Se especula que estos primeros americanos eran audaces pioneros salvajes y muy agresivos. Al analizar los restos óseos de estos paleo americanos se observa que más de la mitad de los hombres tienen profundas heridas causadas por acciones violentas y que no parecen ser el resultado de accidentes de caza. Más bien parece el resultado de violentas peleas entre sí. (Rodriguez 2016).
América latina es una de las regiones más vulnerables a los efectos del cambio climático y faltan medidas para adaptarse a su impacto económico, social y ambiental, según un informe divulgado este miércoles por la comisión económica para américa latina y el caribe (cepal).
la región de "américa latina y el caribe podría resultar más afectada que otras zonas del mundo por estar en una franja de huracanes con numerosos estados insulares y zonas costeras bajaspor depender de los deshielos andinos para el suministro urbano y agrícola de agua; y por estar sujeta a inundaciones e incendios forestales, entre otras particularidades", señala el documento.
"dado que las emisiones gei (gases de efecto invernadero) de la región son bajas (11,7 por ciento del total mundial en 2000), la atención de las autoridades debiera concentrarse en la adaptación al cambio climático", agrega el documento "cambio climático y desarrollo en américa latina y el caribe. una reseña".
Hasta ahora la respuesta de los distintos gobiernos de la región se ha caracterizado "por ser espontánea y reactiva, enfocada hacia la recuperación frente a desastres naturales", según el texto.
Una política de adaptación requiere prever las pérdidas desde el sector primario hasta las finanzas públicas, de acuerdo a la CEPAL, un organismo técnico de naciones unidas que tiene su sede en Santiago.
Los países debieran cuantificar los impactos económicos de las consecuencias esperadas del cambio climático, como sequías, inundaciones, epidemias, olas de calor y pérdidas de infraestructura, entre otras, debido a la desigualdad social que caracteriza a la región y el poco margen fiscal que tienen los países para adaptarse a catástrofes. Se necesita, además, según la cepal, "una mayor conciencia por parte de las autoridades encargadas de la gestión económica, social y ambiental del tratamiento transversal que debe dársele al tema".

"cuanto mejor preparados se encuentren (los gobiernos de la región), menores serán las presiones imprevistas sobre el gasto y las pérdidas recaudatorias, y mayor la gobernabilidad económica de los países", enfatiza el texto.
el documento destaca que, en México, Brasil, Centroamérica, el caribe y américa del sur ya se realizan estudios sobre economía y cambio climático, lo que fortalecería la perspectiva regional.
Chile, en particular, está experimentando señales del Cambio Climático con eventos inusuales de lluvias en el norte del país, con el semestre más seco desde 1866 en la zona central y una prolongada temporada de calor a lo largo de todo el país. A nivel nacional, esta preocupación por el Cambio Climático se refleja en la necesidad de contar con planes y estrategias sectoriales que enfrenten las amenazas de este fenómeno con medidas de adaptación, y en lo que respecta a las causas del Cambio Climático, con medidas de mitigación de las emisiones de los Gases del Efecto Invernadero (GEI). Es importante no confundir el concepto de la adaptación al Cambio Climático como una expresión de “resignación colectiva”, sino por el contrario, entenderlo como respuesta activa y planificada frente a los desafíos que nos impone el Cambio Climático, y que se manifiestan tanto en forma de amenazas como también de oportunidades. La adaptación a este fenómeno global es un proceso complejo y transversal que debe ser parte del desarrollo económico y tecnológico de un país, lo que requiere de su incorporación en los diferentes niveles de gobierno, desde lo nacional a lo regional y con énfasis en las realidades locales. Así, y desde el reconocimiento de la vulnerabilidad de Chile ante el Cambio Climático expresado en la Primera Comunicación Nacional de Chile ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) en 1999, los gobiernos chilenos han estado trabajando en forma continua en el desarrollo de políticas de adaptación. En 2006, en tanto, el Comité Nacional Asesor sobre Cambio Global lanzó la “Estrategia Nacional de Cambio Climático”, que dos años después comenzó a operar a través del “Plan de Acción Nacional de Cambio Climático: 2008-2012” (PANCC), coordinado en ese momento por la Comisión Nacional del Medio Ambiente durante el primer mandato de la Presidenta Bachelet.
Nuestro país reconoce en la Estrategia Nacional de Cambio Climático que Chile “es un país social, económica y ambientalmente vulnerable al Cambio Climático”, y que “los costos de la inacción pueden ser mucho mayores que las medidas e inversio nes necesarias, en corto plazo, para adaptarse y mitigar los impactos negativos del Cambio Climático. El Estado de Chile, en quien recaerá la mayor carga de inversión, sobretodo en el desarrollo de infraestructura, debe destinar los recursos necesarios para evaluar tales costos y determinar las acciones a seguir, en particular, en aquellos sectores que se consideren prioritarios”. En este contexto, el PANCC estableció entre sus metas la elaboración e implementación de un Plan Nacional de Adaptación y siete planes sectoriales de adaptación al Cambio Climático: Silvoagropecuario, Biodiversidad, Pesca y Acuicultura, Salud, Infraestructura, Energía y Recursos Hídricos, a los cuales se agregaron en 2014 los sectores Ciudades y Turismo. El presente Plan Nacional de Adaptación se constituye, entonces, como el instrumento articulador de la política pública chilena de adaptación al Cambio Climático. El plan entrega los lineamientos para la adaptación y proporciona la estructura operativa para la coordinación y coherencia de las acciones de los diferentes sectores y distintos niveles administrativos territoriales, considerando que la adaptación puede llevarse a cabo a nivel de un sector específico, multisectorial, regional o de manera transversal. A través de la gradual implementación de este plan, en cuya elaboración ha contribuido la mayoría de los ministerios del Gobierno de Chile, el país fortalece su capacidad de adaptación al Cambio Climático. Pero al mismo tiempo, profundiza los conocimientos sobre impactos y vulnerabilidades, genera acciones planificadas que permitan minimizar los efectos negativos, junto con aprovechar los efectos positivos del Cambio Climático para su desarrollo económico, social y ambiental, contribuyendo de esta manera al bienestar de las generaciones actuales y futuras. (Plan nacional de adaptación al cambio climático,2015)

Factores de vulnerabilidad, peligro y amenaza ambiental sobre la población americana


Los riesgos ambientales constituyen una de las principales limitantes de la sustentabilidad del desarrollo humano. En el caso del cambio climático, los riesgos se encuentran asociados a amenazas globales potencialmente destructivas y al grado de vulnerabilidad y exposición de la población. Experiencias recientes en países en desarrollo muestran que hasta eventos de pequeña escala pueden convertirse en grandes desastres para poblaciones expuestas en función de la adscripción geográfica; la desigualdad social relacionada específicamente al tipo de construcción de las viviendas y su localización; el nivel de organización comunitaria y la calidad de la gestión gubernamental, entre otros factores. Por su parte, Beck afirma que los riesgos son reales por sus efectos, pero se constituyen a partir de cómo son percibidos socialmente. Un mismo riesgo es percibido y manejado de forma diferente en cada contexto. «El concepto de riesgo delimita, por tanto, un peculiar estado intermedio entre seguridad y destrucción, donde la percepción de riesgos amenazantes determina pensamiento y acción» (Beck, 2000, 10). El IPCC (2014) explica que la diferencia entre vulnerabilidad y exposición deriva de factores distintos al clima; en esto influyen desigualdades multidimensionales producidas por procesos de desarrollo dispares que ocasionan riesgos diferenciados, según las características de la población expuesta. Así, el riesgo es producto de la radical articulación de la vulnerabilidad, la exposición y la amenaza.

De acuerdo con ONG Vitalis Latinoamérica, la región enfrenta importantes problemas ambientales, determinados principalmente por los patrones de uso de sus recursos naturales, sistemas de producción, hábitos de consumo de las poblaciones humanas y gobernanza ambiental.
Si bien estos problemas presentan algunas características comunes, su extensión e intensidad varía de país en país, influenciados por diversas consideraciones sociales, políticas, económicas y culturales.
Entre los problemas ambientales más importantes de América Latina figuran:
  • Deforestación de zonas boscosas silvestres y mal manejo de muchas áreas verdes urbanas y rurales.
  • Incremento en el número de especies animales y vegetales amenazadas de extinción o con algún grado de peligro.
  • Contaminación y degradación de los suelos, incluyendo deterioro por erosión.
  • Deterioro del ambiente urbano de las ciudades, en particular por contaminación del aire por elevados niveles de emisiones atmosféricas y sonoras.
  • Incremento del efecto invernadero y del cambio climático, con pocos avances en la región para mitigar sus efectos y adaptarse a las modificaciones del clima.
  • Débil gestión integrada de los recursos hídricos, que incluye despilfarro en los usos domésticos y agrícolas, y contaminación de los cuerpos de agua por efluentes industriales, agrícolas y domésticos.
  • Mal manejo de los residuos y desechos sólidos, incluyendo el inapropiado tratamiento de los electrónicos.
  • Incremento de la densidad poblacional con las subsecuentes consecuencias ambientales en el medio natural.
  • Poca conciencia ambiental de la ciudadanía. Los latinoamericanos, en general, no incluyen el tema ambiental como un favor fundamental en su calidad de vida.
Los grandes desafíos ambientales de América Latina y el Caribe deben ser atendidos con prontitud para el beneficio de la presente y futuras generaciones.
Una mayor cooperación y coordinación regional pudiera contribuir a la solución de muchos de estos problemas, en la que los países con mayor experiencia y resultados aporten sus conocimientos a otras naciones, enfocándose en la búsqueda de la sustentabilidad compartida.
La naturaleza no conoce de límites o fronteras políticas. De allí que en la medida que la salud ambiental de un país se incremente, sin duda tendrá consecuencias positivas en otras naciones.

Principales problemas ambientales del continente 


La sociedad utiliza elementos de la naturaleza y los transforma en recursos naturales. Los integrantes de la sociedad construyen diferentes ambientes y usan de diversos modos esos recursos. Por ejemplo, en las zonas de suelos aptos para el desarrollo de actividades agropecuarias, generalmente se construyen ambientes rurales. Pero una parte de esas mismas zonas también pueden destinarse a la construcción de un barrio privado. Cuando esto sucede, el ambiente pasa a tener características más urbanas que rurales.
Asimismo, en cada caso, los distintos actores sociales pueden hacer un manejo adecuado o inadecuado de los recursos naturales. Cuando el manejo es inadecuado o no cuidadoso de los recursos, se originan problemas ambientales que afectan negativamente a la naturaleza y a la sociedad. La contaminación de los cursos de agua es un grave problema ambiental, que afecta la salud y la calidad de vida de la población.
El ambiente tiene valor porque la sociedad toma de él los elementos que necesita para su subsistencia y, además, porque presta otros servicios muy importantes. Por ejemplo, los bosques tienen valor porque de ellos se obtienen madera y otros productos derivados; pero, además, porque en el proceso de la fotosíntesis las especies vegetales que lo forman liberan oxígeno, gas que los seres humanos necesitan para poder respirar.
En general, el valor de los bienes naturales y sociales está relacionado con su utilidad, en un determinado momento y lugar, y con su abundancia o escasez. El precio de los bienes, en cambio, es la cantidad de dinero que, en una época y lugar, la sociedad está dispuesta a pagar por un producto o servicio determinado. Pero no siempre los precios reflejan el valor que los distintos bienes tienen para los diferentes integrantes de la sociedad.
En la actualidad, en la comunidad internacional hay un amplio consenso sobre el valor que tiene el ambiente. En cambio, no hay acuerdo todavía sobre si el ambiente tiene o no precio, y en caso de que lo tenga, cual es o debería ser.
Desde hace unos años, los investigadores intentan establecer cuál es el precio del ambiente. Este dato sería tomado como base para fijar, por ejemplo, el manto de las multas que deberían pagar aquellas industrias que lo contaminara… a lo que hemos llegado en la sociedad con esto del capitalismo, ¿no?

Principales problemas ambientales en el continente americano. En la actualidad, en el continente americano los principales problemas ambientales regionales y locales, son:

La degradación de los suelos agrícolas;
la sobre explotación de los yacimientos minerales y de los recursos forestales y pesqueros, y
la contaminación producida por diversos agentes, entre los que se destacan el vertido de desechos industriales en los cursos de agua, la emisión de gases tóxicos y el alto nivel de ruido en las grandes áreas metropolitanas. Al mismo tiempo, en el territorio americano también se manifiesta el incremento de efecto invernadero, traducido en: el aumento de la aridez en algunas áreas, con las consiguientes sequías y pérdidas de cultivo, y
el aumento de las precipitaciones en otras áreas, con mayor frecuencia y volumen de inundaciones y aludes de barro. Problemas ambientales a escala local. Los problemas ambientales que afectan pequeñas áreas como barrios o ciudades, son considerados de escala local. La contaminación de los cursos de agua, el ruido, la acumulación de basura y la contaminación del aire son los principales problemas que se registran en las grandes áreas urbanas del continente americano.
La contaminación de las aguas: Muchos ríos de América se hallan contaminados como consecuencia del vertido de residuos tóxicos no tratados que realizan diversas industrias. La población que habita en las cercanías de estos ríos se ve seriamente perjudicada por los olores nauseabundos que emanan de los cursos de agua. Otras veces, los vertidos tóxicos contaminan las napas subterráneas de las que se extrae el afua para el consumo humano. Al mismo tiempo, basura, químicos, plásticos y, sobre todo, materia fecal amenazan el equilibrio marino y la salud del 60% de la población de América Latina y el Caribe que vive en zonas costeras. Estos datos señalan la urgencia de encarar el tratamiento de los residuos en toda la región, donde 60 de las 77 mayores ciudades se localizan en zonas ribereñas y costeras.

La acumulación de basura: La acumulación de residuos domiciliarios y la disposición final de la basura que se produce en los hogares constituyen un problema no resuelto en gran cantidad de ciudades americanas. En la mayoría de los casos, se multiplican los basurales a cielo abierto y son pocas las plantas de tratamiento y reciclado de residuos.

La falta de tratamiento de la basura es particularmente grave en los países de América Central.

La contaminación del aire: En las grandes ciudades latinoamericanas, la contaminación del aire es uno de los problemas ambientales más persistentes y que afectan más negativamente la vida de los habitantes. Los mayores niveles de contaminación atmosférica se registran en la Ciudad de México, Santiago de Chile y Sao Pablo (Brasil). Las industrias y algunos transportes urbanos (el automotor, en primer lugar) generan gases tóxicos que provocan el smog y la polución de variadas sustancias tóxicas que afectan directamente la salud de la población. Las afecciones más frecuentes son las enfermedades respiratorias y cardíacas. En general, los más afectados son los niños y los ancianos, en particular los de menores recursos económicos.




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