Riesgos Naturales
Distintas
formas de adaptación de la sociedad al medio
Según Bruno Cruz, en su artículo titulado “las
relaciones entre sociedad, espacio y medio ambiente en las distintas
conceptualizaciones de la ciudad”, plantea que:
La sociología urbana francesa
de los años sesenta, influida por el marxismo, marca un punto de inflexión en
el análisis de las relaciones entre el espacio y la sociedad (Lezama 1993) . De algún modo se
vuelve a otorgar protagonismo a la acción humana, considerada a partir de los
análisis de los modos de producción, sobre todo en M (Castells
1980) .
Para el autor de La cuestión urbana, las teorías de autores como L. Wirth no
son inocentes y representan una "ideología urbana" que oculta las
contradicciones reales del proceso productivo generador de la ciudad. Con
la definición de ciudad como cultura urbana se pretende dar a entender que el
sistema específico de relaciones sociales está asociado principalmente a un
marco ecológico: "Se ha tomado por fuente de producción social lo que era
su marco" (Castells 1980) . En realidad,
observa el autor catalán radicado entonces en París, lo que hay es un vínculo
causal entre el modo de producción capitalista empleando
"capitalismo" en el sentido amplio de El Capital de Marx, como modo
de producción industrial y "el efecto producido sobre tal y tal modo de
comportamiento". La segmentación social de roles, por ejemplo, viene
determinada no por la ciudad sino "por el estatuto de trabajador libre
cuya necesidad para asegurar una rentabilidad máxima de la utilización de la
fuerza de trabajo ha sido demostrada por Marx" (Castells 1980)
Situándonos en un contexto y
perspectiva continental, el cuándo y cómo llegó el
hombre al continente americano son sólo dos piezas del complejo rompecabezas
antropológico. La tercera es saber quiénes fueron los primeros americanos. Se
especula que estos primeros americanos eran audaces pioneros salvajes y muy agresivos.
Al analizar los restos óseos de estos paleo americanos se observa que más de la
mitad de los hombres tienen profundas heridas causadas por acciones violentas y
que no parecen ser el resultado de accidentes de caza. Más bien parece el
resultado de violentas peleas entre sí. (Rodriguez 2016) .
América latina es una de las regiones más vulnerables
a los efectos del cambio climático y faltan medidas para adaptarse a su impacto
económico, social y ambiental, según un informe divulgado este miércoles por la
comisión económica para américa latina y el caribe (cepal).
la región de "américa latina y el caribe podría resultar más
afectada que otras zonas del mundo por estar en una franja de
huracanes con numerosos estados insulares y zonas costeras bajas; por depender de los deshielos andinos para el suministro urbano y
agrícola de agua; y por estar sujeta a inundaciones e incendios forestales,
entre otras particularidades", señala el documento.
"dado que las
emisiones gei (gases de efecto invernadero) de la región son bajas (11,7 por
ciento del total mundial en 2000), la atención de las autoridades debiera
concentrarse en la adaptación al cambio climático", agrega el documento
"cambio climático y desarrollo en américa latina y el caribe. una
reseña".
Hasta ahora la respuesta
de los distintos gobiernos de la región se ha caracterizado "por ser
espontánea y reactiva, enfocada hacia la recuperación frente a desastres
naturales", según el texto.
Una política de adaptación requiere prever las pérdidas desde el
sector primario hasta las finanzas públicas, de acuerdo a la
CEPAL, un organismo técnico de naciones unidas que tiene su sede en Santiago.
Los países debieran cuantificar los impactos
económicos de las consecuencias esperadas del cambio climático, como sequías,
inundaciones, epidemias, olas de calor y pérdidas de infraestructura, entre otras, debido a
la desigualdad social que caracteriza a la región y el poco margen fiscal que
tienen los países para adaptarse a catástrofes. Se necesita, además, según la
cepal, "una mayor conciencia por parte de las autoridades encargadas de la
gestión económica, social y ambiental del tratamiento transversal que debe
dársele al tema".
"cuanto mejor preparados se encuentren (los
gobiernos de la región), menores serán las presiones imprevistas sobre el gasto
y las pérdidas recaudatorias, y mayor la gobernabilidad
económica de los países", enfatiza el texto.
el documento destaca
que, en México, Brasil, Centroamérica, el caribe y américa del sur ya se realizan
estudios sobre economía y cambio climático, lo que fortalecería la perspectiva
regional.
Chile, en particular, está
experimentando señales del Cambio Climático con eventos inusuales de lluvias en
el norte del país, con el semestre más seco desde 1866 en la zona central y una
prolongada temporada de calor a lo largo de todo el país. A nivel nacional,
esta preocupación por el Cambio Climático se refleja en la necesidad de contar
con planes y estrategias sectoriales que enfrenten las amenazas de este fenómeno
con medidas de adaptación, y en lo que respecta a las causas del Cambio
Climático, con medidas de mitigación de las emisiones de los Gases del Efecto
Invernadero (GEI). Es importante no confundir el concepto de la adaptación al
Cambio Climático como una expresión de “resignación colectiva”, sino por el
contrario, entenderlo como respuesta activa y planificada frente a los desafíos
que nos impone el Cambio Climático, y que se manifiestan tanto en forma de
amenazas como también de oportunidades. La adaptación a este fenómeno global es
un proceso complejo y transversal que debe ser parte del desarrollo económico y
tecnológico de un país, lo que requiere de su incorporación en los diferentes
niveles de gobierno, desde lo nacional a lo regional y con énfasis en las
realidades locales. Así, y desde el reconocimiento de la vulnerabilidad de
Chile ante el Cambio Climático expresado en la Primera Comunicación Nacional de
Chile ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
(CMNUCC) en 1999, los gobiernos chilenos han estado trabajando en forma
continua en el desarrollo de políticas de adaptación. En 2006, en tanto, el
Comité Nacional Asesor sobre Cambio Global lanzó la “Estrategia Nacional de
Cambio Climático”, que dos años después comenzó a operar a través del “Plan de
Acción Nacional de Cambio Climático: 2008-2012” (PANCC), coordinado en ese
momento por la Comisión Nacional del Medio Ambiente durante el primer mandato
de la Presidenta Bachelet.
Nuestro país reconoce en la
Estrategia Nacional de Cambio Climático que Chile “es un país social, económica
y ambientalmente vulnerable al Cambio Climático”, y que “los costos de la
inacción pueden ser mucho mayores que las medidas e inversio nes necesarias, en
corto plazo, para adaptarse y mitigar los impactos negativos del Cambio
Climático. El Estado de Chile, en quien recaerá la mayor carga de inversión,
sobretodo en el desarrollo de infraestructura, debe destinar los recursos
necesarios para evaluar tales costos y determinar las acciones a seguir, en
particular, en aquellos sectores que se consideren prioritarios”. En este
contexto, el PANCC estableció entre sus metas la elaboración e implementación
de un Plan Nacional de Adaptación y siete planes sectoriales de adaptación al
Cambio Climático: Silvoagropecuario, Biodiversidad, Pesca y Acuicultura, Salud,
Infraestructura, Energía y Recursos Hídricos, a los cuales se agregaron en 2014
los sectores Ciudades y Turismo. El presente Plan Nacional de Adaptación se
constituye, entonces, como el instrumento articulador de la política pública
chilena de adaptación al Cambio Climático. El plan entrega los lineamientos
para la adaptación y proporciona la estructura operativa para la coordinación y
coherencia de las acciones de los diferentes sectores y distintos niveles
administrativos territoriales, considerando que la adaptación puede llevarse a
cabo a nivel de un sector específico, multisectorial, regional o de manera
transversal. A través de la gradual implementación de este plan, en cuya
elaboración ha contribuido la mayoría de los ministerios del Gobierno de Chile,
el país fortalece su capacidad de adaptación al Cambio Climático. Pero al mismo
tiempo, profundiza los conocimientos sobre impactos y vulnerabilidades, genera
acciones planificadas que permitan minimizar los efectos negativos, junto con
aprovechar los efectos positivos del Cambio Climático para su desarrollo
económico, social y ambiental, contribuyendo de esta manera al bienestar de las
generaciones actuales y futuras. (Plan nacional de adaptación al cambio
climático,2015)
Factores de vulnerabilidad, peligro y amenaza ambiental sobre la población americana
Los riesgos ambientales constituyen
una de las principales limitantes de la sustentabilidad del desarrollo humano.
En el caso del cambio climático, los riesgos se encuentran asociados a amenazas
globales potencialmente destructivas y al grado de vulnerabilidad y exposición
de la población. Experiencias recientes en países en desarrollo muestran que
hasta eventos de pequeña escala pueden convertirse en grandes desastres para
poblaciones expuestas en función de la adscripción geográfica; la desigualdad
social relacionada específicamente al tipo de construcción de las viviendas y
su localización; el nivel de organización comunitaria y la calidad de la
gestión gubernamental, entre otros factores. Por su parte, Beck afirma que los
riesgos son reales por sus efectos, pero se constituyen a partir de cómo son
percibidos socialmente. Un mismo riesgo es percibido y manejado de forma
diferente en cada contexto. «El concepto de riesgo delimita, por tanto, un
peculiar estado intermedio entre seguridad y destrucción, donde la percepción
de riesgos amenazantes determina pensamiento y acción» (Beck, 2000, 10). El
IPCC (2014) explica que la diferencia entre vulnerabilidad y exposición deriva
de factores distintos al clima; en esto influyen desigualdades
multidimensionales producidas por procesos de desarrollo dispares que ocasionan
riesgos diferenciados, según las características de la población expuesta. Así,
el riesgo es producto de la radical articulación de la vulnerabilidad, la
exposición y la amenaza.
De acuerdo con ONG Vitalis Latinoamérica, la región enfrenta importantes problemas ambientales, determinados principalmente por los patrones de uso de sus recursos naturales, sistemas de producción, hábitos de consumo de las poblaciones humanas y gobernanza ambiental.
Si bien estos problemas presentan
algunas características comunes, su extensión e intensidad varía de país en
país, influenciados por diversas consideraciones sociales, políticas,
económicas y culturales.
Entre los problemas ambientales más
importantes de América Latina figuran:
- Deforestación de
zonas boscosas silvestres y mal manejo de muchas áreas verdes urbanas y
rurales.
- Incremento en el
número de especies animales y vegetales amenazadas de extinción o con
algún grado de peligro.
- Contaminación y
degradación de los suelos, incluyendo deterioro por erosión.
- Deterioro del
ambiente urbano de las ciudades, en particular por contaminación del aire
por elevados niveles de emisiones atmosféricas y sonoras.
- Incremento del
efecto invernadero y del cambio climático, con pocos avances en la región
para mitigar sus efectos y adaptarse a las modificaciones del clima.
- Débil gestión
integrada de los recursos hídricos, que incluye despilfarro en los usos
domésticos y agrícolas, y contaminación de los cuerpos de agua por efluentes
industriales, agrícolas y domésticos.
- Mal manejo de
los residuos y desechos sólidos, incluyendo el inapropiado tratamiento de
los electrónicos.
- Incremento de la
densidad poblacional con las subsecuentes consecuencias ambientales en el
medio natural.
- Poca conciencia
ambiental de la ciudadanía. Los latinoamericanos, en general, no incluyen
el tema ambiental como un favor fundamental en su calidad de vida.
Los grandes desafíos ambientales de América
Latina y el Caribe deben ser atendidos con prontitud para el beneficio de la
presente y futuras generaciones.
Una mayor cooperación y coordinación regional
pudiera contribuir a la solución de muchos de estos problemas, en la que los
países con mayor experiencia y resultados aporten sus conocimientos a otras
naciones, enfocándose en la búsqueda de la sustentabilidad compartida.
La naturaleza no conoce de límites o
fronteras políticas. De allí que en la medida que la salud ambiental de un país
se incremente, sin duda tendrá consecuencias positivas en otras naciones.
Principales problemas ambientales del continente
La sociedad utiliza elementos de la
naturaleza y los transforma en recursos naturales. Los integrantes de la
sociedad construyen diferentes ambientes y usan de diversos modos esos
recursos. Por ejemplo, en las zonas de suelos aptos para el desarrollo de
actividades agropecuarias, generalmente se construyen ambientes rurales. Pero
una parte de esas mismas zonas también pueden destinarse a la construcción de
un barrio privado. Cuando esto sucede, el ambiente pasa a tener características
más urbanas que rurales.
Asimismo, en cada caso, los
distintos actores sociales pueden hacer un manejo adecuado o inadecuado de los
recursos naturales. Cuando el manejo es inadecuado o no cuidadoso de los
recursos, se originan problemas ambientales que afectan negativamente a la
naturaleza y a la sociedad. La contaminación de los cursos de agua es un grave
problema ambiental, que afecta la salud y la calidad de vida de la población.
El ambiente tiene valor porque la
sociedad toma de él los elementos que necesita para su subsistencia y, además,
porque presta otros servicios muy importantes. Por ejemplo, los bosques tienen
valor porque de ellos se obtienen madera y otros productos derivados; pero,
además, porque en el proceso de la fotosíntesis las especies vegetales que lo
forman liberan oxígeno, gas que los seres humanos necesitan para poder
respirar.
En general, el valor de los bienes
naturales y sociales está relacionado con su utilidad, en un determinado
momento y lugar, y con su abundancia o escasez. El precio de los bienes, en
cambio, es la cantidad de dinero que, en una época y lugar, la sociedad está
dispuesta a pagar por un producto o servicio determinado. Pero no siempre los
precios reflejan el valor que los distintos bienes tienen para los diferentes
integrantes de la sociedad.
En la actualidad, en la comunidad
internacional hay un amplio consenso sobre el valor que tiene el ambiente. En
cambio, no hay acuerdo todavía sobre si el ambiente tiene o no precio, y en
caso de que lo tenga, cual es o debería ser.
Desde hace unos años, los
investigadores intentan establecer cuál es el precio del ambiente. Este dato
sería tomado como base para fijar, por ejemplo, el manto de las multas que
deberían pagar aquellas industrias que lo contaminara… a lo que hemos llegado
en la sociedad con esto del capitalismo, ¿no?
Principales problemas ambientales
en el continente americano. En la actualidad, en el continente americano los
principales problemas ambientales regionales y locales, son:
La degradación de los suelos agrícolas;
la sobre explotación de los
yacimientos minerales y de los recursos forestales y pesqueros, y
la contaminación producida por
diversos agentes, entre los que se destacan el vertido de desechos industriales
en los cursos de agua, la emisión de gases tóxicos y el alto nivel de ruido en
las grandes áreas metropolitanas. Al mismo tiempo, en el territorio americano
también se manifiesta el incremento de efecto invernadero, traducido en: el
aumento de la aridez en algunas áreas, con las consiguientes sequías y pérdidas
de cultivo, y
el aumento de las precipitaciones
en otras áreas, con mayor frecuencia y volumen de inundaciones y aludes de
barro. Problemas ambientales a escala local. Los problemas ambientales que
afectan pequeñas áreas como barrios o ciudades, son considerados de escala
local. La contaminación de los cursos de agua, el ruido, la acumulación de
basura y la contaminación del aire son los principales problemas que se
registran en las grandes áreas urbanas del continente americano.
La contaminación de las aguas:
Muchos ríos de América se hallan contaminados como consecuencia del vertido de
residuos tóxicos no tratados que realizan diversas industrias. La población que
habita en las cercanías de estos ríos se ve seriamente perjudicada por los
olores nauseabundos que emanan de los cursos de agua. Otras veces, los vertidos
tóxicos contaminan las napas subterráneas de las que se extrae el afua para el
consumo humano. Al mismo tiempo, basura, químicos, plásticos y, sobre todo,
materia fecal amenazan el equilibrio marino y la salud del 60% de la población
de América Latina y el Caribe que vive en zonas costeras. Estos datos señalan
la urgencia de encarar el tratamiento de los residuos en toda la región, donde
60 de las 77 mayores ciudades se localizan en zonas ribereñas y costeras.
La acumulación de basura: La
acumulación de residuos domiciliarios y la disposición final de la basura que
se produce en los hogares constituyen un problema no resuelto en gran cantidad
de ciudades americanas. En la mayoría de los casos, se multiplican los
basurales a cielo abierto y son pocas las plantas de tratamiento y reciclado de
residuos.
La falta de tratamiento de la basura es particularmente grave en los
países de América Central.
La contaminación del aire: En
las grandes ciudades latinoamericanas, la contaminación del aire es uno de los
problemas ambientales más persistentes y que afectan más negativamente la vida
de los habitantes. Los mayores niveles de contaminación atmosférica se registran
en la Ciudad de México, Santiago de Chile y Sao Pablo (Brasil). Las industrias
y algunos transportes urbanos (el automotor, en primer lugar) generan gases
tóxicos que provocan el smog y la polución de variadas sustancias tóxicas que
afectan directamente la salud de la población. Las afecciones más frecuentes
son las enfermedades respiratorias y cardíacas. En general, los más afectados
son los niños y los ancianos, en particular los de menores recursos económicos.
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